Investigación y Desarrollo

La Ley de Moore llegó a su fin ¿Qué sigue para el desarrollo de semiconductores?

La tecnología logró sortear esta Ley después de 50 años.

Gordon E. Moore, uno de los cofundadores de Intel, formuló una ley que ha mantenido su relevancia durante más de medio siglo: la famosa Ley de Moore. Según esta ley, la cantidad de transistores en un procesador se duplicaría cada año.

La esencia de un chip

Sin embargo, tras el fallecimiento de Moore en marzo de 2023, se ha observado una leve desviación de su predicción, ya que su propia empresa ha continuado reduciendo a la mitad el tamaño de los microprocesadores de manera consistente año tras año.

El primer paso crucial en la fabricación de cualquier procesador es la consideración de las materias primas disponibles. En este contexto, el silicio se erige como la materia prima fundamental, siendo un elemento químico abundante presente en la arena.

El silicio, un material semiconductor, exhibe una conductividad eléctrica que se encuentra intermedio entre el cobre y el vidrio. Mediante el proceso de fundición y refinación de la arena, se obtienen lingotes de silicio que posteriormente son cortados en lo que se conocen como obleas de silicio.

Determinación del tamaño de los chips

A través de diversos procedimientos y la incorporación de los componentes electrónicos necesarios, se logra la creación del chip.

A pesar de que el silicio sea un material abundante y económico, los avances tecnológicos también han revelado sus limitaciones, obligando a la industria de semiconductores a explorar alternativas en términos de materiales disponibles.

Por otro lado, el tamaño de los chips se determina por el número de nanómetros (nm), es decir, la distancia que separa los “dientes” de los transistores.

La evolución del tamaño en nanómetros

Para comprender mejor esta unidad de medida, vale la pena señalar que se utiliza tanto para describir la escala atómica como para medir longitudes de onda de radiaciones.

La reducción en la longitud de los transistores no solo conlleva un incremento en el rendimiento, sino también ahorros significativos en energía. El funcionamiento básico de un transistor radica en su capacidad para permitir o bloquear el paso de la electricidad a través de él, lo cual se traduce en representaciones binarias.

Para proporcionar una perspectiva del progreso de la industria, basta con observar cómo los primeros chips, como el Intel 4004 (1971), tenían una medida de 10.000 nanómetros.

Los más recientes utilizados en dispositivos móviles, como el A17 Pro de Apple y el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3, alcanzan tamaños de 3 y 4 nanómetros, respectivamente.

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