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ChatGPT dio instrucciones para la construcción de un robot y los resultados fueron sorprendentes

La plataforma abierta de IA ChatGPT ha demostrado ser capaz de abordar una amplia variedad de tareas, desde la creación de música, poesía, textos e incluso códigos de programación. Ahora han puesto a prueba esta Inteligencia Artificial para crear un robot en base a las instrucciones arrojadas por este chatbot.

Múltiples usos de ChatGPT

Debido al potencial de esta herramienta los investigadores de la Universidad Técnica de Delft y de la EPFL, una universidad técnica suiza, se adentraron en esta cuestión. ¿Sería factible que ChatGPT diseñara un robot de manera autónoma?

Estas preguntas nos llevan a reflexionar sobre las implicaciones de permitir que una IA como ChatGPT tome decisiones en el ámbito del diseño. Por un lado, la capacidad de la IA para generar ideas y soluciones podría acelerar el proceso de diseño y fomentar la innovación.

Quisimos que ChatGPT no solo diseñara un robot, sino que fuera uno verdaderamente útil.

Los investigadores iniciaron su proyecto consultando a ChatGPT acerca de los desafíos más significativos que la humanidad enfrentaría en el futuro. Según el investigador Cosimo Della Santina, el equipo tenía el objetivo de crear un robot que no fuera simplemente otro dispositivo, sino algo genuinamente valioso para las personas.

Después de analizar las respuestas obtenidas, los investigadores tomaron la decisión de abordar el desafío del suministro de alimentos y, tras conversar con ChatGPT, llegaron a la conclusión de que sería interesante intentar diseñar un robot capaz de recolectar tomates.

El diseño del robot, desarrollado por ChatGPT, se construyó siguiendo meticulosamente todas las instrucciones proporcionadas por la IA. Luego, se realizó una prueba en el laboratorio donde el robot demostró su funcionalidad al recolectar tomates.

¿Cuál fue el proceso para el desarrollo?

Durante el desarrollo, los investigadores siguieron de cerca las decisiones de diseño proporcionadas por ChatGPT. La contribución de la inteligencia artificial resultó especialmente valiosa en la fase conceptual, al expandir el conocimiento del diseñador hacia otras áreas de actividad.

La IA fue capaz de orientar al diseñador sobre qué cultivo sería más rentable para automatizar la cosecha, algo que solo alguien con amplia experiencia en agronegocios podría determinar. Sin embargo, el alcance de la colaboración no se limitó a eso.

ChatGPT también ofreció sugerencias valiosas durante la etapa de implementación, como la utilización de una pinza de silicona o caucho para evitar dañar los tomates, o la recomendación de utilizar un motor Dynamixel para optimizar la eficiencia del robot.

Esta sinergia entre la inteligencia artificial y el diseñador permitió maximizar el potencial del robot, brindando soluciones innovadoras y eficaces en cada etapa del proceso de desarrollo.

El resultado obtenido fue un robot altamente competente en la recolección de tomates. Según los investigadores, el proceso de diseño colaborativo con ChatGPT fue positivo y enriquecedor. No obstante, esto plantea el hecho de que los humanos, como los ingenieros, están experimentando una transición hacia la realización de tareas más técnicas.

¿Qué implicaciones tiene esto en la robótica?

Durante su investigación, los científicos están explorando diferentes niveles de cooperación entre humanos e inteligencias artificiales. En un escenario extremo, la IA proporciona toda la información al proyecto y el ser humano la sigue ciegamente.

En este caso, la IA asume el papel de investigadora e ingeniera, mientras que el humano actúa como gestor, responsable de materializar los objetivos del proyecto. Sin embargo, un escenario tan extremo aún no es factible y, tal vez, ni siquiera sea deseable. Se ha demostrado que la información puede resultar engañosa si no se verifica o valida adecuadamente.

 Por lo tanto, es necesario encontrar un equilibrio entre la capacidad de la IA para brindar ideas y soluciones innovadoras, y la supervisión y validación humana para garantizar resultados precisos y confiables.

Las inteligencias artificiales están programadas para generar respuestas basadas en la probabilidad, pero no siempre garantizan la exactitud de dichas respuestas. Por lo tanto, existe el riesgo de desinformación y sesgos. Además, trabajar con IA también plantea desafíos relacionados con el plagio, la trazabilidad y los derechos de propiedad intelectual.

En la actualidad, los investigadores tienen la intención de ampliar su investigación para obtener un mayor entendimiento. Por ejemplo, están interesados en explorar la autonomía de las IA en el diseño de sus propios cuerpos y en cómo estos sistemas pueden convertirse en colaboradores creativos en el futuro de la robótica a nivel mundial.

El objetivo es comprender mejor las implicaciones éticas y técnicas para asegurar un desarrollo responsable y beneficioso de la IA en el ámbito de la robótica.

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