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Editorial TodoPocketPC – El negocio del iPhone no es venderlo..

Un precio razonable es aquél que no llegue a los 400 euros, un poco más caro que un iPod pero menos que un MacBook. La idea es no acongojar a los posibles compradores que hace días que esperan con la VISA en la mano, ni tampoco a los impulsivos o a los nuevos usuarios de Apple, ya los iremos sangrando lentamente. Así pues se decide poner en circulación el iPhone a un precio asequible para cualquiera, pero con un bonito plan de precios de regalo, que te quedas sí o sí. Y como en Apple han aprendido bien a sacar rendimiento de donde no lo hay, concluyen en que sería genial quedarse con una parte de la cuota que pague el usuario del iPhone a la compañía telefónica con la cual tenga el contrato.

Así pues Apple va recibiendo a las diferentes compañías dedicadas a la telefonía móvil candidatas a hacerse con la exclusividad del iPhone para pactar las cuotas, con la ventaja de que tienen un producto que han sabido generarle una extraordinaria expectación previa,  gracias a la cual están en posición preferente para bajarles los pantalones y hacer con ellas lo que quieran. Se dice por diferentes medios especializados que Apple podría estar quedándose con un 20 o un 25% de la cuota que cada usuario paga a la compañía por usar un iPhone. ¿Esto cuánto es? Pues haciendo un cálculo rápido salen unos 10 euros por usuario o más, ya que la cuota mínima está en torno a los 50 euros, que si multiplicamos por un millón de usuarios que puedan estar actualmente usando el iPhone bajo contrato (que seguramente son más) nos sale una cifra de 10 millones de dólares al mes (que con total seguridad son más). 10 millones de euros al mes, para quien no se acuerde, son casi 1.700 millones de pesetas al mes. Al mes! Vale, se pueden comprar libres, pero a precios un poco desorbitados, y sólo en Francia. Aún así los contratos caen como moscas ahí donde se vende. Que les pregunten a los ingleses o alemanes. Ah! He leído que Apple está tanteando el mercado nipón. Madre mía!

Magistral. El negocio del iPhone no es vender el iPhone. De hecho lo podrían regalar. Como pasa con las impresoras y los cartuchos de tinta. Lo caro no es comprarlo, sino mantenerlo. La gallina de los huevos de oro no es la venta del terminal como algunos piensan, sino la recaudación mensual de un dinero que a Apple no le cuesta ni un céntimo en inversiones, ni mantenimiento (lo dan los compañías telefónicas), ni gestiones previas ni publicidad. Es dinero limpito que entra a raudales cada mes, con la seguridad que mientras dure el contrato no va a cesar y que lleva la garantía de proceder de las compañías teléfonicas, con lo cual si el usuario es moroso, es la compañía la que paga, quedando Apple con las espaldas cubiertas. Yo diseño el teléfono, monto el circo y a cobrar.

En varios blog’s y páginas especializadas en temas de Apple se han visto hace un tiempo e incluso más recientemente diversos artículos en los que se disecciona un iPhone o incluso un iPod Touch y se le pone precio al hardware. Unos dicen 200 dólares, otros un poco más. Acaban asegurando que a los costes del hardware hay que sumarle algo en concepto de logística y distribución, nada más. Craso error. Si algún día supiéramos el dineral que ha invertido Apple en el desarrollo del iPhone nos quedaríamos helados. No se trata de chascar los dedos y sacar de la chistera un nuevo dispositivo, se trata de desarrollar un nuevo sistema operativo, adaptarlo a un hardware, miles de horas de técnicos altamente cualificados, y por ende, remunerados, y miles de prototipos más que acabaron casi todos menos uno en la papelera de reciclaje. ¿Dónde quiero llegar con esto? A la conclusión de que Apple no gana casi nada vendiendo un iPhone a 400 dólares y que no le interesa nada que se venda para ser desbloqueado, contrariamente a lo que piensan muchos. ¿Qué puede ganar con la venta? ¿50 euros? ¿100? Es es insignificante con lo que gana exprimiendo los bolsillos de quienes compran un iPhone con contrato de 18 meses de permanencia.

La gran revolución de Apple no es tecnológica, ni mucho menos. La gran revolución de Apple en la telefonía móvil lo ha llevado a cabo en el apartado del marketing. Revolución es el descubrimiento del silicio para fabricar chips, la invención del ratón o la aplicación del láser en impresoras. El iPhone no incorpora nada que sea nuevo, sino adaptaciones de tecnologías existentes. Y a pesar de ello, sigue siendo un terminal con más carencias que novedades, por muy espectaculares que sean estas últimas. Pero han conseguido colocarlo bien en el mercado, darle prestigio, que se firmen caros y prolongados contratos para tener uno, que todo el mundo hable de él, que sea regalado a papá estos próximos reyes o que se viaje a Francia exclusivamente a comprar uno libre.

Qué curioso, Apple ha preferido meter un iTunes para permitir comprar canciones y generar nuevos consumos entre los usuarios de iPhone antes que adecentar un poco la bochornosa conectividad Bluetooth. Más de uno estará pensando, mira, este tío acaba de descubrir la sopa de ajo. Probablemente nada de lo dicho aquí sea novedad, es más, ya casi aburre. Pero me apetecía que quedara constancia escrita de ello.

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