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Colaboraciones

Todo comenzó hace unas semana, cuando descargué una nueva herramienta después de las visitas habituales que suelo hacer a las webs de software. El programa era sencillo y efectivo, pequeño y muy potente. El programa me gusto y ya estaba preparando el review cuando encontré una pequeña incompatibilidad entre diferentes programas. Así que me puse en contacto con el desarrollador para explicarle el problema, además aprovechando el primer mail se me ocurrió la loca idea de intentar ofrecerle mi servicio de traducción y de esa forma tener una herramienta en mi propio idioma. Cual fue mi sorpresa cuando su creador aceptó encantado la segunda parte del mail, mientras reparaba la incompatibilidad descubierta.

Durante una semana estuvimos trabajando juntos, él me enviaba las versiones que desarrollaba corrigiendo el fallo encontrado e implementando nuevas funcionalidades en la aplicación mientras que yo las probaba y traducía la aplicación. Todo por correo electrónico y con una diferencia horaria de cinco horas. El objetivo de todo este esfuerzo es una gratificación común, en la cual un simple usuario final (en este caso el que escribe) ha ayudado a mejorar una aplicación y sobretodo a exportarla a su propio idioma. Mientras que el desarrollador a tenido a alguien dispuesto a probar su programa y abriendo más mercado para su aplicación, llegando a más público en algo que no habría realizado si no fuese por la tozudez del usuario.

El objetivo de esta historia es alentar al usuario final para que se involucre, no solo cubriendo su parte egoísta, sino ayudando a programadores independientes o a pequeñas empresas de software que con gusto están dispuestas a afrontar nuevas metas. Hoy en día la barrera ya no está en la tecnología, sino en la falta de comunicación del propio ser humano para expresarse con la correcta confianza y sobretodo ofrecer su tiempo y ayuda.

Se que no he sido el primero y también se que no seré el único en realizar esta acción, aunque con este artículo pretendo transmitir lo positivo de la experiencia, reconociendo el lado humano que hay detrás de cada idea que quiere y necesita expandirse mas allá de la imagen por la cual fue concebida.

Mientras realizaba este artículo y aprovechando la oportunidad que me brindó, me he puesto en contacto con otros desarrolladores para ofrecerles mi ayuda desinteresada y en un próximo futuro nuevas herramientas verán la luz en nuestro propio idioma. Un pequeño esfuerzo que seguro será del agrado de muchos.

Desde aquí quiero agradecer a Wang Swee Ngee por sus magníficos programas y por la esperanza que me ha brindado al enseñarme que siempre hay gente dispuesta a colaborar.

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